viernes, 11 de octubre de 2013

Megaproyectos sostenibles: Los cuernos de Dinamarca.



En el tercer capítulo de megaproyectos sostenibles, hoy abordamos los ya famosos “cuernos” de Dinamarca, cuyo nombre oficial es la granja Horns Rev dos, que se considera la granja eólica acuática más grande en el mundo, con una capacidad de 209 MW. Esta estructura energética es lo suficientemente potente como para proveer de energía a una ciudad como Odense, Dinamarca, cuya población casi alcanza los 200 mil habitantes.

Es tal la concienciación que existe entre la sociedad danesa, que las expectativas sobre la futura generación de energías verdes para el sustento de Dinamarca son enormes. El país escandinavo pretende consumir 33% de su energía a partir de fuentes renovables en 2020.

El éxito ha propiciado que el proyecto sea continuado por otras empresas con el fin de emular el proyecto en otros países. Es el caso de Dong, que ya planea, en conjunto con Siemens, la construcción de un proyecto eólico en el mar que superará a Honrs Rev 2: Array Londres, que contará con 530 MW y se ubicará cerca de las costas de Inglaterra.


¿Cómo funciona? Los molinos como tal son similares, con ligeras modificaciones, a cualquier otro, pero cuentan con la gran diferencia de que se alzan en plataformas incrustadas en el fondo marino a una profundidad de entre 2,5 y 5 metros, y a una distancia de la costa de entre 2 y 3 kilómetros. Las plataformas tienen la forma de un cono truncado, con una base de 15 metros de diámetro y de 5 en su punto más estrecho, y están siendo construidas de concreto reforzado de acero en muelles cercanos a su lugar definitivo de instalación. Desde allí, estas pesadas estructuras de 400 toneladas de peso serán trasladadas al mar, y presentan la ventaja de que podrán ser retiradas una vez que se haya agotado su periodo de utilidad de 20 años.

Con la puesta en práctica de este novedoso proyecto, cuyos costes se calculan en 13.800 millones de pesetas, a los que la Comunidad Europea contribuirá con 1,14 millones, la compañía danesa ha solventado uno de sus problemas más persistentes: el ruido. Cada vez se hace más difícil encontrar lugares donde instalar estas granjas de molinos de viento, a las que se oponen los residentes de las zonas elegidas para ello.

Conseguir este gran reto ha supuesto un paso adelante hacia un mundo limpio, y ha servido de ejemplo para demostrar, que un futuro sostenible es posible.

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